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Los Pumas calientan la última fecha

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Ciudad de México. (Redacción).-  La obligación y la necesidad se juntaron ayer al mediodía en Ciudad Universitaria. Pumas estaba obligado al triunfo para mantener sus posibilidades de clasificar a la Liguilla y Necaxa, necesitado de puntos, quería sumar de cualquier manera para aumentar su cociente en la tabla de porcentajes. Y la obligación pudo más que la necesidad.Pumas asumió que su labor era atacar y Necaxa entendió que tenía que defender. El planteamiento era lógico. El equipo local tenía que ir hacía adelante; lo hizo, aunque con ciertas limitantes en su ofensiva. El conjunto visitante, Necaxa tenía que defender con el contragolpe como única opción.

Por esta vía, Necaxa ejerció cierta presión sobre Pumas ya que, con disparos lejanos de Luis Pérez, inquietó en un par de ocasiones la meta de Sergio Bernal.

En contraparte, los auriazules controlaron el partido a partir de la posesión del balón pero no marcaron la diferencia en la última zona de la cancha.

Por momentos, Pumas cayó en la monotonía al abrir la cancha y llegar por los costados, pero la defensa rojiblanca no se lo permitió ni tampoco el buen trabajo en la portería de Oscar Conejo Pérez, quien resultó vital en el primer tiempo.

Rebasada la hora de partido y con el marcador sin movimiento, Memo Vázquez Jr, director técnico de Pumas, decidió mover sus piezas y en un lapso de siete minutos realizó sus tres cambios: Cacho por Palencia, Rojas por Chiapas y Orrantia por Cortés. Los movimientos funcionaron ya que con Rojas y Orrantia los auriazules encontraron mayor profundidad.

La presión de Pumas era continua aunque poco afortunada y el tiempo jugaba en su contra. Con 15 minutos por jugarse, Orrantia intentó centrar, lo hizo en varias ocasiones y en uno de esos servicios, la defensa visitante rechazó el balón que Israel Castro fue a disputar, ganó la posición y el balón a Javier Saavedra para disparar cruzado y vencer al Conejo para el 1-0.

Los necaxistas reclamaron mano de Castro. El defensor auriazul fue con el brazo derecho extendido a la jugada, el balón le rozó la extremidad pero el árbitro, Francisco Chacón, no consideró la acción como intencional y dio por bueno el gol.

Para el 2-0, Martín Bravo robó la pelota en su cancha y dirigió el contragolpe letal con Dante como escolta por la izquierda. Avanzó 30 metros con el balón controlado y cedió para que López la colocará al segundo poste del Conejo. Con ello, sentenció el partido.

En la última jornada, Pumas está nuevamente obligado ante América, ya calificado. Espera empate o derrota de Pachuca, que visitará a Necaxa, para meterse a la fase final; o bien la derrota de Jaguares, que visita al Querétaro, para meterse como segundo del Grupo Tres. La esperanza muere al último.

redaccion

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