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¡Que la Paz sea realidad para todos!

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HUMANISMO 21

Juventino Ferreira Rosas  

 En el análisis de lo que favorece y lo que afecta negativamente a la vida, no pude faltar el tema de la paz colectiva e individual.

Si podemos aceptar que la vida es el más preciado tesoro a que podemos acceder, entre otras razones porque no se puede comprar; entonces la paz, en toda la extensión del concepto, probablemente sea el segundo valor más apreciado a que debemos aspirar.

En la inmensidad de las cuencas oceánicas, las aguas revueltas dañan a los arrecifes y alejan a los cardúmenes; en los ríos se vuelven intragables y amenazan a la vida humana, la vida biológica necesita del agua, siempre y cuando sean limpias y tranquilas.

Obviamente como sociedad, como pueblo, la receta se repite, no podemos vivir en medio de una eterna tormenta. Por eso se dan las emergencias, cuanto mas llueve, de menos agua potable se dispone. Entonces la paz debe ser una aspiración permanente entre los pueblos, entre las culturas y entre las naciones, para que la vida florezca sin tropiezos y sin interrupciones.

Tampoco es admisible que permanezcamos inertes, inactivos, ante los cambios y las oportunidades que nos ofrece el futuro, por lo mismo no podemos pasarnos la vida quemando la pólvora en infiernitos, al fin y al cabo que del infierno ya hay quien se encargue y lo hace muy bien, espero que los mexicanos ya no tengamos duda al respecto.

En consecuencia lógica, tenemos que actuar de cara al futuro, teniendo presentes las prioridades nacionales y las personales. La mas alta, sin duda es la vida de cada quien y la de nuestro cuerpo social, sin distinción de etnias, grupos sociales o creencias místicas.

Ante la ley y sus instituciones somos iguales todos. Y si el estado mexicano, sus leyes e instituciones, emanan de nuestro proyecto social, entonces queda claro que la institución madre de todas las demás es la sociedad, y con ella la vida, como primerísima prioridad.

Pero no es congruente defender la vida en las esferas del derecho y en el espacio jurídico, si en la práctica promovemos la pobreza y la desigualdad. Como sociedad tenemos que contemplar a la vida de forma integral, desde su inicio hasta el final cuando pasamos a colgar nuestro legado en “EL Muro del Tiempo”, y esa dimensión de la realidad vital, nos condiciona a fundamentar el desarrollo humano integral en todas sus etapas, generando las suficientes oportunidades con justicia y equidad.

Por todo ello requerimos de paz, es indispensable la paz, estamos necesitados de paz. Desde la visión de nuestra memoria compartida y considerando lo acontecido en nuestro tránsito vital como conglomerado humano, tal vez podamos sintetizar que no hay vencedores ni vencidos, sale victorioso un pueblo que acudirá puntual a la cita con su luminoso destino, con satisfacción de la paz conquistada, dejando a un lado las discordias y egoísmos que nos generaron atraso y dolor en el pasado.

Para todo lo anterior, el perdón es mas poderoso bálsamo que puede curar todas las heridas y ayudarnos a emprender juntos un nueva etapa en la aventura de la vida, cual epopeya no concluida.

Agradeciendo a los millones de lectores su paciencia e inagotable tolerancia, reciban un afectuoso saludo y Humanismo 21 queda a sus apreciables ordenes en, ferreiraconsultor@gmail.com

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