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Salario y trabajo digno

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Ciudad de México. (Cartas a México, M. Valdés Talavera).- Querido México: Ya te hemos comentado en estas cartas el notable aumento de quienes, con poco respeto al decoro de su persona, proliferan en las esquinas de las calles de este nuestro México, aprovechando el lento fluir del tráfico vehicular. Sin embargo, es conveniente analizar, el por qué de este fenómeno y no generalizar despectivamente, sobre lo que alguna vez llevamos a tu atención titulándolo como: “Negocio de la Limosna”.

En tu suelo, sí, en este nuestro querido México, la población ha crecido desordenada y desproporcionadamente.

Alguna vez, se abrieron generosamente tus fronteras a grupos numerosos de extranjeros que por razones de difícil vivir en sus propios países, por escaso trabajo, causas climáticas o razones políticas, tuvieron que buscar asilo, en este nuestro territorio que, por su extensión y paradójicamente, en ese entonces, podía considerarse insuficientemente poblado. Pero, como consecuencia de un escaso y mal planeado control de la fertilidad y una distribución inadecuada de asentamientos humanos, hoy nos convierte en una de las naciones mal calificadas por su elevado índice de población y una mala distribución poblacional.
Todo lo anterior aunado a cambios tecnológicos que han desplazado, con máquinas el trabajo humano, y una insuficiente preparación escolar y mano de obra calificada en un segmento importante de los habitantes, es lo que ha provocado una indeseable tasa de desempleo que obliga, en muchas ocasiones, a vencer la vergüenza elemental y recurrir a la caridad pública.

Cuando menos tres son las fuentes de empleo que podemos considerar: gobierno, empresarios y terratenientes.

El primero, el gobierno, establece un salario mínimo insuficiente y señala una enorme diferencia con los sueldos de los altos representantes de los tres poderes y la población general lo que resulta insultante, por decir lo menos. Otro grupo son los empresarios, en quienes también es notoria esa diferencia entre las percepciones de sus ejecutivos y los empleados menores, pero, además en su esquema administrativo ‘hacen el favor’ de permitir que, en algunas industrias, se apoyen en personal que no les significa ningún costo, ya que sin sueldo y sin prestaciones, vive sólo de propinas que ofrecen sus clientes, señalado ejemplo son los jóvenes o ancianos que empacan en bolsas las compras de los establecimiento de autoservicios y los ‘cuidadores’ de autos en sus costosos estacionamientos de automóviles, también los despachadores en servicios de gasolineras y otros muchos ejemplos, que están en la mente de todos. Debiendo especificar además a los líderes sindicales y sus mesas directivas con ingresos insolentes, y es de incluirse, desde luego, a algunos miembros del sector agropecuario que pueden obtener buenos ingresos con las inversiones en el campo y todavía no ofrecen el salario y prestaciones debidas a los campesinos que hacen el trabajo pesado, contribuyendo así a mantener la histórica pobreza en el área rural.

Es por eso querido México, que hoy proponemos: Una revisión completa y justa de los salarios y servicios para empleados menores, obreros y campesinos que deben llevarse a un nivel digno, así como una disminución de las elevadas percepciones y prestaciones de los altos funcionarios del gobierno y ejecutivos empresariales y, que aún cuando esto último pareciera una utopía, sería posible , apelando a la valentía, decisión y patriotismo, pensando en el legítimo interés por un México orgulloso, y evitando una brusca búsqueda de justicia de quienes se sienten ofendidos por sus bajos ingresos. Una necesaria reglamentación y supervisión de quienes dirigen las uniones sindicales a los que debe exigírseles un transparente y claro manejo de sus finanzas. Una nueva reglamentación que evite los dispendios exagerados en los presupuestos que se otorgan a partidos y campañas políticas quienes deben buscar, con su esfuerzo y el de sus electores sus propios recursos y la obligación de las autoridades de vigilar su procedencia evitando que provengan de actividades ilícitas.

Una participación activa de las organizaciones patronales y empresariales con una continua y eficiente bolsa de trabajo que busque, actualice y vigile los niveles salariales para el personal que busca empleo.

Sí, querido México que esa justicia social que pregonan en su momento, y olvidan después, todos los grupos políticos, se convierta sólo en un antecedente histórico y podamos vivir en el México justo con el que soñamos.

redaccion

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