Cultura

«No me interesan los roles de mujeres ingenuas»: Netrebko

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CIUDAD DE MÉXICO. (Redacción).- A principios del siglo XXI la soprano ruso-austriaca Anna Netrebko fue uno de los más grandes fenómenos de la ópera en el mundo gracias a su talento. Su historia, además, resultó un manjar para la prensa: de ser un plebeya que fungía como conserje del Teatro Mariinski, se convirtió en la reina de algunos de los teatros más importantes de Europa.

Hoy, más de una década después del su gran boom, Netrebko, para la crítica especializada, continúa en el trono y es la diva de la ópera más mediática de los últimos años porque conjuga voz, belleza y una vida polémica. Y es, además, una de las 100 personalidades más influyentes del mundo, según la revista Times.

La soprano ha dicho que el éxito y la fama la orillaron a replantearse su carrera. Las dudas han quedado atrás. «Me encanta cantar ópera en un escenario y necesito trabajar, pero ser cantante y estar en un escenario no es todo en la vida. Nunca voy a luchar para tener los reflectores sobre mí y nunca voy a ser alguien que no soy. Me encanta ir al cine, leer libros, pasar tiempo con mi maravilloso marido y con mi hijo. También me hace feliz estar solamente en casa y vivir mi vida. Tengo muchas cosas en mi vida, no sólo la ópera», dice la soprano en entrevista con EL UNIVERSAL, vía correo electrónico.

Netrebko debutó en el Palacio de Bellas Artes en 2005 con Rolando Villazón en la ópera Romeo y Julieta de Charles Gounod. En ese momento, dice el experto en ópera Luis Gutiérrez, se encontraba «en su punto» y con el tenor mexicano tenía «una química tremenda». «Fue un debut estrepitosamente agradable en México y en América Latina», recuerda el especialista.

Diez años después la cantante regresará a ese recinto para ofrecer un concierto a lado de su esposo, el tenor Yusif Eyvazov, el 25 de febrero, con un programa que incluirá obras de Verdi, Puccini, Giordano, Leoncavallo y Cilea.

Un reencuentro con México que se había postergado porque en 2013 estaba programado un concierto a lado de su entonces pareja, el barítono Erwin Schrott, pero que fue cancelado debido a problemas de salud.

«La primera vez que vine a México canté Romeo y Julieta con Rolando. Fue hace mucho tiempo, sólo estuve por unos días, pero recuerdo que era un país muy bonito y agradable. ¡Me encanta la comida mexicana!», dice.

A la fecha y aunque hace tiempo que no colaboran juntos, por razones que ninguno de los dos ha hecho públicas, hay críticos que sostienen que Anna Netrebko y Rolando Villazón siguen siendo el dúo más importante del comienzo del siglo. Al respecto, la cantante sostiene:»Rolando es un maravilloso talento, generoso artista y hemos tenido grandes actuaciones juntos».

La presencia de Netrebko en los teatros del mundo son un éxito en taquilla. Por ejemplo la venta de boletos para las funciones del Festival de Salzburgo, uno de los más prestigiosos en su género, en los que la cantante participa son de los primeros en agotarse. México no ha sido excepción, de acuerdo con el sitio oficial del INBA, la función de Netrebko, quien será acompañada por la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección de Srba Dinic, está agotada desde hace varios días.

Nuevos rumbos

La soprano asegura que durante los últimos dos años ha ampliado su repertorio y se ha acercado a óperas «muy difíciles» como El Trovador, Macbeth, Juana de Arco, Manon Lescaut. «Este año quiero algo más sencillo y me lo tomaré con más calma, estoy en busca de un nuevo repertorio pero vendrá solo en un par de años. Me interesa Norma de Beillini, pero aún no estoy trabajando en eso y probablemente me interese Aida de Verdi y Lohengrin de Wagner.

Quiero tratar de tomar las mejores decisiones con base en mis intereses, pero que también sean los roles correctos para mí, creo que soy muy afortunada. Hay mucha competencia y muchos cantantes alrededor».

Y agrega: «Mi voz ha cambiado mucho en los últimos años, pero también ha cambiado mi personalidad, por eso me he mudado a otro repertorio. Hoy ya no me siento interesada en los roles de las jóvenes ingenuas, esos personajes simplemente ya no tienen razón de ser para mí en este momento».

La cantante ha declarado en diversas ocasiones que no tiene ninguna afiliación política, pero hace unas semanas se fotografió con una bandera rebelde y ofreció un cheque por unos 17 mil a políticos separatistas, lo que desató las críticas. Luego, durante unas de las funciones de Iolanta en el Met de Nueva York, fue testigo de cómo un hombre, al término de la función, agitó una bandera de Ucrania en la que comparaba a Vladimir Putin con Hitler. Temas que la han puesto en el ojo del huracán, pero que evade comentar.

«He estado con la Sociedad de Bienestar Infantil de Rusia durante muchos años, y Aldeas Infantiles SOS en Europa, y en el Instituto Científico y de Investigación para Ortopedia Infantil también de Rusia. Las organizaciones benéficas son una parte importante de mi vida y ellos estarán allí siempre», dice sobre su país.

Crédito: El Universal

redaccion

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