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Detroit salda su deuda y expone a Frida y Diego

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NUEVA YORK, E.U. (Redacción).-  Hace sólo un año y medio que la ciudad de Detroit anunció su bancarrota y con ésta la posibilidad de que el Instituto de las Artes de Detroit (Detroit Institute of Arts) tuviera que ser cerrado y vender todas sus obras.

Más de 60 mil trabajos artísticos tendrían que ser desmantelados y encontrar nuevo hogar. Sin embargo, según contó a EL UNIVERSAL su director, Graham Beal, el Museo halló una esperanza cuando se planteó convertirla en una institución privada y no depender más de fondos públicos. Idea que parecía imposible pues mantener al DIA vivo faltaba conseguir 800 millones de dólares.

«Cuando supimos la situación de la ciudad y que estaba a punto de la bancarrota, recurrimos a un equipo de expertos que nos ayudaron a empezar a hacer los pasos legales para poder evitar una venta cuando llegara el momento. Cuando las cosas se pusieron muy complicadas, el juez del Depar- tamento Federal, Steven Rhodes, nos propuso un plan en el que se nos requería conseguir más de 800 millones de dólares para que con ese dinero la ciudad pudiera hacer un plan de pensiones para los empleados de Detroit y, a cambio de ello, el Museo podría conservar su colección y convertirse en una institución privada. Nos tomó todo un año conseguir ese dinero durante el cual hubo muchas dificultades, principalmente políticas, pues al final nos pidieron 100 millones de dólares más pero lo logramos. Ahora el Museo se ha transformado en una empresa privada y todas sus obras permanecen en ella», contó Graham Beal.

Una nueva exposición. Después de todo este periplo y de una etapa de incertidumbre, el museo quiere celebrar su gran triunfo y decirle al mundo que sigue vivo y más fuerte que nunca con una gran exhibición dedicada a los artistas mexicanos Diego Rivera y Frida Kahlo, de los cuales Graham es un gran admirador:

«Yo tuve la idea de esta exhibición hace 10 años. Ya había trabajado la iniciativa con Agustín Arteaga, que es experto en Rivera, y asegurado el préstamo de un importante número de obras. Pero cuando íbamos a empezar a organizarlo todo, vino la gran crisis que nos hizo tener que enfocarnos en sobrevivir. Muchas actividades tuvieron que ser suspendidas o puestas en espera. En cuanto revivimos, volví a la idea original de contar la historia humana entre Diego y Frida y su tiempo en Detroit».

Ambos artistas estuvieron en esa ciudad durante un año pero en posiciones muy diferentes, «Diego ya era un artista de fama mundial al que todo el mundo quería conocer y, por otro lado, estaba su esposa, mucho más joven que él, que era nueva en el arte y que estaba muy influenciada por el trabajo de su marido. Y mientras Rivera amó todo lo que vio en Detroit: su industria, fábricas, obreros, Frida lo odió y vio a Estados Unidos como una bestia capitalista. Detestaba estar aquí y tener que convivir con todas las mujeres ricas de la ciudad y siempre decía que al menos en Nueva York podía comer bien. Por otra parte, durante los 11 meses que Diego estuvo aquí (abril de 1932 a marzo de 1933), hizo unos murales fantástico llamados Detroit Industry».

La obra consiste en 27 grandes paneles que muestran la complicada relación entre los recursos naturales, los procesos de manufacturación y los trabajadores de la Ford Motor Company de la planta de River Rouge.

Como dato curioso, Beal remarca la controversia que siempre rodeó a los murales de Rivera en Estados Unidos: «Hubo polémica acerca de los murales pero también mucho apoyo para ellos. Los periódicos y medios de ese entonces crearon lo que se llamó, ‘La batalla de los murales’. Un cura, al que llamaron ‘el cura de la radio’, que era antisemita y radical, dijo que la gente católica se sentía muy ofendida porque uno de los paneles claramente mostraba una especie de adoración al niño comunista. Poco antes, Diego también había hecho los murales del Centro Rockefeller en Nueva York en donde puso un retrato de Lenin que generó gran controversia y que se destruyeron. Y eso es lo que el cura quería lograr en Detroit, que se destrozaran todas las paredes con su obra, pero aquí Diego tenía muchos seguidores y apoyo que evitaron que eso sucediera».

La exhibición Diego Rivera y Frida Kahlo en Detroit, curada por Mark Rosenthal, mostrará desde el 15 de marzo hasta el 12 de julio, 65 trabajos de ambos artistas, entre los cuales se encuentran los ocho borradores de los murales de Detroit, Detroit Industry que no se habían exhibido desde hace 30 años.

Otros trabajos notables de ambos artistas presentes en la exhibición son las pinturas Henry Ford Hospital, de Frida Kahlo (1932) -cuadro en el que la artista plasma su traumática experiencia tras sufrir un aborto espontáneo en Detroit-, el Autorretrato en la frontera de México y Estados Unidos (1932), de Frida Kahlo, Emiliano Zapata (1932), de Rivera, Man Loading Donkey with Firewood (1938), del pintor y Autorretrato con Mono (1945), de la artista.

Además de la exhibición se realizarán actividades culturales en torno a la ciudad, como lecturas en escuelas, galerías y buses turísticos, proyecciones de cine, entre otros eventos organizados con la ayuda de otras cuatro instituciones artísticas que pretenden incentivar la vida cultural de Detroit.

Más información sobre la exposición y el conjunto de murales del DIA en www.dia.org

Crédito: El Universal

redaccion

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