XALAPA, VER. (Redacción).- A más de dos años de recibir terapias en el Centro estatal para la detección y atención del autismo (Cedaa), Fabrizio y David han cambiado su vida y ahora ya saben como comunicarse con sus familias.
Antes de recibir terapias en el Cedaa, los menores eran poco afectivos y en ocasiones tenían conductas de agresión y estaban la mayor parte del tiempo en un modo ausente, expresan sus padres.
“Cuando nos enteramos que Fabrizio tenía autismo, nos quedamos en shock porque no sabíamos de qué se trataba. Él fue uno de los primeros niños atendidos por el Cedaa y hoy se ven los resultados”, dijo Aracely Crisanto García, madre de Fabrizio Fernández Crisanto, de siete años de edad.
De 2012 a la fecha, relata su madre, Fabrizio no hablaba, y su evolución ha sido favorable. Ya habla, se viste y asea solo, además que ayuda en algunas labores propias del hogar.
Daniel Atzin Cadena González fue diagnosticado a la edad de dos años con autismo, ahora tiene siete años, acude a la primaria y comienza a decir sus primeras palabras, expresa su padre, David Cadena Cruz.
“Un papá piensa que su hijo va a crecer, correr, pero cuando te dicen algo así te cambia la vida; todo se viene abajo y no sabes que hacer cuando te dicen que tiene autismo”.
David Cadena es padre soltero y vive con sus padres, quienes los apoyan para seguir con la terapia de David Atzin. “Lo importante que nos enseña el Cedaa, es que lo papás aprendan a trabajar con sus hijos para que ambos se coordinen en la misma sintonía”.
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