ColumnistasJosé Luis Ortega Vidal

En Política, la lealtad es como el diablo; todos hablan de ella pero nadie la ha visto jamás…

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CLAROSCUROS

      José Luis Ortega Vidal

(1)   La guerra es un asunto de importancia vital para el Estado; un asunto de vida o muerte, el camino hacia la supervivencia o la destrucción. Por lo tanto, es imperativo estudiarla profundamente.    Hay que valorarla en términos de cinco factores fundamentales, y hacer comparaciones entre diversas condiciones de los bandos antagonistas, de cara a determinar el resultado de la contienda.

El primero de estos factores es la política; el segundo, el clima; el tercero, el terreno; el cuerto, el comandante; y el quinto, la doctrina.

La política significa aquello que hace que el pueblo esté en armonía con su gobernante, de modo que le siga donde sea, sin temer por sus vidas ni a correr cualquier peligro. El clima significa la noche y el día, el frío y el calor, dias despejados o lluviosos, y el cambio de las estaciones. El terreno implica las distancias, y hace referencia a dónde es fácil o difícil desplazarse, y si es campo abierto o lugares estrechos, y esto influencia las posibilidades de supervivencia. El comandante ha de tener como cualidades: sabiduría, sinceridad, benevolencia, coraje y disciplina. Por último, la doctrina ha de ser comprendida como la organización del ejército, las graduaciones y rangos entre los oficiales, la regulación de las rutas de suministros, y la provisión de material militar al ejército.

Estos cinco factores fundamentales han de ser conocidos por cada general. Aquel que los domina, vence; aquel que no, sale derrotado….   Estos cinco factores fundamentales han de ser conocidos por cada general. Aquel que los domina, vence; aquel que no, sale derrotado. Por lo tanto, al trazar los planes, han de compararse los siguiente siete factores, valorando cada uno con el mayor cuidado:

1.¿Qué dirigente es más sabio y capaz?

2.¿Qué comandante posee el mayor talento?

3.¿Qué ejército obtiene ventajas de la naturaleza y el terreno?

4.¿En qué ejército se observan mejor las regulaciones y las intrucciones?

5.¿Qué tropas son más fuertes?

6.¿Qué ejército tiene oficiales y tropas mejor entrenadas?

7.¿Qué ejército administra recompensas y castigos de forma más justa?

Mediante el estudio de estos siete factores, seré capaz de adivinar cual de los dos bandos saldrá victorioso y cual será derrotado.

El general que siga mi consejo, es seguro que vencerá. Ese general ha de ser mantenido al mando. Aquel que ignore mi consejo, ciertamente será derrotado. Ese debe ser destituido.

Tras prestar atención a mi consejo y planes, el general debe crear una situación que contribuya a su cumplimiento. Por situación quiero decir que debe tomar en consideración la situación del campo, y actuar de acuerdo con lo que le es ventajoso.

El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca. Poner cebos para atraer al enemigo. Golpear al enemigo cuando está desordenado. Prepararse contra él cuando está seguro en todas partes. Evitarle durante un tiempo cuando es más fuerte. Si tu oponente tiene un temperamento colérico, intenta irritarle. Si es arrogante, trata de fomentar su egotismo. Si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras una reorganización, intenta desordenarlas. Si están unidas, siembra la disensión entre sus filas. Ataca al enemigo cuando no está preparado, y aparece cuando no te espera. Estas son las claves de la victoria para el estratega.

  Obra: El Arte de la Guerra   Autor: Sun Tzu   Publicación: hacia el último tercio del Siglo IV, antes de Cristo   Lugar: China   Capítulo: Estimaciones…(Fragmentos)

    (2)   El desconocimiento de la “Alianza Por Ti” signada por el PAN y el PRD -de cara a las elecciones locales veracruzanas de julio próximo- se inscribe en la lucha por el poder que protagonizan grupos económico-políticos cuyas figuras se encuentran detrás de las siglas partidistas.   Juan Vergel y Enrique Cambranis por un lado y Erick Lagos por el otro, representan los débiles rostros de tres herramientas con que se mantiene el control político/electoral sobre la sociedad civil veracruzana.   El PRD, el PAN y el PRI sirven para mantener a dicha sociedad alejada de su presente y su futuro político.   La jarocha es una sociedad que no tiene capacidad para decidir su devenir porque ese derecho le ha sido arrebatado -como ocurre en todo el territorio nacional- por la Ley que otorga a los partidos políticos el acceso monopólico a las estructuras de mando del Estado.   Esta será la perspectiva desde la cual el Tribunal Federal Electoral revisará la decisión del Tribunal Electoral Estatal veracruzano en contra de la “Alianza por ti”.   La única diferencia entre el TEE y el TRIFE, es el patrón.   La decisión, la influencia, el manejo de acuerdos que se signe entre los grupos de poder –estatales y nacionales- detrás de las siglas partidistas, definirá el futuro de la alianza entre perredistas y panistas.   Queda claro que –de momento- el PRI y las manos que lo mueven han dado un golpe severo al PAN/PRD.   Nadie puede estar seguro –no obstante- de que se trate de un golpe definitivo.   Se calcula que en tres semanas podría generarse la respuesta del TRIFE y sea cual sea el resultado, la alianza entre derecha e izquierda sufre desde hoy las consecuencias de la zancadilla: la confusión, el incremento del divisionismo interno y la pérdida de tiempo; elemento –este último- sumamente valioso en el proceso que vivimos.

  (3)   Cuando Felipe Calderón Hinojosa fue cuestionado sobre la validez ética y moral de su triunfo ante Andrés Manuel López Obrador, la respuesta del panista fue de burla: “haiga sido como haiga sido”; dijo.   Los panistas veracruzanos se enfrentan a esta lógica perversa, impuesta hoy por el PRI y su aparato de control del poder; como antes lo hizo el panismo frente a la izquierda.   Los perredistas, por su parte, son quienes han colocado la soga en el pescuezo de la alianza.   Este suicidio no es de extrañar; las llamadas tribus de la pseudo izquierda nacional, suelen practicar la autofagia en todos los niveles y a cualquier precio.   Del PRI, es evidente su nerviosismo.   Perder las elecciones del 2013 representa la colocación de una metralleta llena de votos contrarios frente al logotipo tricolor y de cara a los comicios locales del 2016.

    (4)   Para los espectadores de esta pugna, lo importante es no caer en la ingenuidad.   No estamos frente a una lucha entre demócratas.   No somos testigos de un pleito entre hermanas de la caridad.   Todos: priistas, panistas y perredistas, renunciaron muchos años atrás a la vocación democrática y social que –en teoría- debe moverles.   De tal modo que los comicios del 2013 en Veracruz no los ganará el más noble.   El próximo 7 de julio, en Veracruz ganará el partido político más mañoso; el más hábil; el más astuto; el que engañe mejor.

Y es que en Política la lealtad es como el diablo; todos hablan de ella pero nadie la ha visto jamás…

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